Sira, Félix, Rosalinda y Marcus
Esta noche se estrena el último capítulo del la serie El Tiempo entre Costuras, una producción televisiva que recrea con especial cuidado estético, e histórico, los años previos a la guerra civil española, el exilio europeo en Marruecos y la amenaza de la Segunda Guerra Mundial.
La serie, emitida por Antena 3 y basada en la novela homónima de Maria Dueñas, se ha convertido en un gran fenómeno en España y es además una lección de estilo magistral.
Con un presupuesto del 7% de la producción, el vestuario corre a cargo de la diseñadora alemana Bina Daigeler. Es un presupuesto especialmente alto para una serie española, pero la recreación del Madrid de mediados de los 30 y de los años 40 y del protectorado español en Marruecos han supuesto un enorme esfuerzo de ambientación.
Bina Daigeler logra unos looks extremadamente fieles a la época, a menudo espectaculares y siempre cuidados hasta el último detalle. Todo el vestuario de la protagonista, Adriana Ugarte en el papel de la modista Sira Quiroga, fue hecho a medida. En algún capítulo Sira llega a lucir hasta 34 modelos, sin contar los de sus compañeros de reparto y los cientos de extras que los acompañan. Un esfuerzo titánico para las costureras de la serie.
Me llaman especialmente la atención los tocados y recogidos. Las ondas perfectas de Rosalinda Fox (encarnada por Hannah New), la sofisticación de los maquillajes de noche de la protagonista, la adaptación del exotismo de los años pasados en Tánger y Tetuán a los looks en una Europa en vísperas de Guerra Mundial. Adriana Ugarte contaba sorprendida en uno de los making of cómo las peluqueras les pedían no lavarse el pelo para poder trabajar los recogidos. Es una lástima como muchos de estos moños han quedado relegados a ocasiones especiales. Al igual que la mayoría de accesorios de la serie han desparecido de nuestros cajones.
No hace mucho comentaba con el diseñador Tilmann Grawe lo sensuales y elegantes que resultan unos guantes bien llevados en una mujer. Sin contar los Borsalinos que voy amontonando en mi armario y cada vez uso menos.
Volviendo a la serie, me encanta el uso que hace Sira de los turbantes. Especialmente a su llegada al hotel Ritz (el exterior es una recreación) de Madrid. Su espectacular conjunto blanco está inspirado en la jequesa de Qatar, una de las pocas mujeres que pueden lucirlo sin parecer una pitonisa de los años 20. Muy de moda en los años 30 y parte de los 50, el turbante marca en la serie el exotismo de la espía, del glamour hollywoodense y la mujer cosmopolita en la que se ha convertido la protagonista.
A lo largo la producción podemos ver claras referencias a Chanel, Elsa Schiaparelli y otros grandes de la época.
Cabe destacar asimismo el estilismo mucho más moderno de los últimos episodios, con la aparición de pantalones o abrigos que podríamos llevar en la actualidad, como este chaquetón amarillo:
Las fotos que siguen obedecen a mi gran obsesión, heredada sin duda de una de las épocas doradas del cine estadounidense: la gracias de las mujeres para anudarse el pañuelo y no despeinarse durante sus paseos en descapotable…. Léase moto, barco o cualquier otro medio motorizado que alcance más de 40 km por hora…
Sinceramente, yo parezco cualquier cosa menos una actriz de Hollywood cuando me pongo uno en la cabeza.
Os dejo igualmente algunas fotos del vestuario masculino, que merece sin duda su propio post.
Podéis ver más fotos en la página de Antena 3 de la serie y en su Facebook.